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La vida que se desarrollaba en el barrio de Lourdes en los años 60 se transformó radicalmente cuando el interés por el encuentro social y la vida en la calle dieron paso a un aislamiento progresivo en paralelo a la evolución urbanística enfocada al vehículo.
Una serie de circunstancias convirtieron la Plaza Padre Lasa en un espacio residual, encerrado en sí mismo, y perteneciente únicamente al barrio, generando una situación de aislamiento entre sus habitantes.Este proyecto se plantea como una oportunidad de devolver a la plaza su lugar en la ciudad. Para ello, se elimina el muro que actualmente funciona como frente, generando nuevas visuales y abriendo el barrio de Lourdes a la ciudad de Tudela a través de nuevos accesos.
La plaza Padre Lasa se convierte en un espacio permeable capaz de observar y ser observado. La eliminación del viario rodado genera un nuevo espacio continuo, desdibujando los límites existentes entre usos y estableciendo un diálogo entre mundos.
La idea constante de dibujar un espacio continuo a través de un sistema longitudinal de pavimentación, sin ningún tipo de límite, contribuye a la construcción de un lugar que fomenta la cohesión social entre habitantes de diferentes barrios.
